22 de diciembre de 2007

Cápsulas & Piezas en el caS

Acabo de ver unas performances de corta duración en el caS (Centro de las Artes de Sevilla, C/Torneo 18). Se trata de unos espectáculos que forman parte de la programación del mes de diciembre de Endanza itinerante. Allí es donde ahora la Sala Endanza sigue sus actividades (artes plásticas, música, danza, cursos, talleres...).


Cápsulas & Piezas se presenta como una forma de experimentar sobre posibilidades escénicas. "Las cápsulas fomentan la improvisación y la investigación anulando las fronteras entre las distintas disciplinas artísticas".

Las dos representaciones han durado muy pocos minutos. La primera, "Capítulo VIII del Código Civil: De la disolución del matrimonio", interpretada por Arturo Parrilla y Raquel Madrid, hablaba de lo que ya adelanta el título. Una pareja en pleno transcurso de su divorcio. Danza violenta, bella y también angustiosa, con un principio más cómico (ambientación de boda, con orquesta hortera y todo, en la que ellos son dos de los invitados) y ornamentado con diapositivas que ilustraban el discurso. Chico y chica con movimientos y textos acertados, bruscos y compenetrados, donde no siempre es la chica quien pesa menos y caben figuras potentes donde él se acurrurca mientras ella lo sostiene. (En momentos puntuales se me parecían a Virginia García y Damián Muñoz, de los que espero hablar mucho en este blog). 15 minutos que se han pasado volando

La segunda, algo más larga: "Callen Ustedensen". Creatividad y elementos poco usuales en la danza: vinilos, humor y dos hombres (Juan Luis Matilla y Roberto Martínez). ¿Por qué realmente es poco común que dos hombres bailen? Vuelvo a hacer referencia a Damián Muñoz que junto a Jordi Cortés interpretaron una de las piezas más sorprendentes que he podido ver, Olelés.

En esta representación ambos bailarines han jugado con el absurdo, añadiendo a un tercer intérprete (Fran Torres, de Teatro Delux) que ha desempeñado el papel de DJ, lanzando sonidos, música y creando un espacio sonoro que influía a los dos protagonistas...o quizás eran ellos los que conducían el audio.

Vinilos rotos, mezclados y también usado como 'armas'. Juan Luis y Roberto se han torcido, han cantado, han repetido una coreografía sin sentido, han sudado, se han golpeado, se han cansado, han jadeado y todos nos hemos reido.

Y a mí me ha gustado...

No hay comentarios: